Vamos a cambiar un poco de tercio antes de seguir dándoos la tabarra musicalmente hablando. Y, para ello, voy a hablaros de un libro que terminé de leer hace ya algún tiempo. Normalmente no suelo tardar tanto entre que lo acabo y escribo mi opinión al respecto, por aquello de tener más ideas frescas que pensamientos congelados pero, si a unas cosas y otras le añadimos la pereza y las pocas ganas de ná que tengo últimamente…al final acabamos teniendo el plato del retraso irremediablemente.
Probablemente no sea un día demasiado propicio para hablar de libros, ya que mañana se realizará en esta misma página las publicaciones de la lectura conjunta del libro de uno de los mejores escritores que podemos encontrarnos por estos lares. Libro que no he tenido aún la ocasión de leer, pero al que tengo bastantes ganas de hincarle el diente, pues sólo que su autor sea quién es, ya es una garantía para que vaya a gustarme. No ha podido ser, pero será.
Y ahora, ya sí, comienzo a hablaros de un libro que ha caído en mis manos más por casualidad que por cualquier otro motivo. Hacía tiempo que tenía ganas de leer a Bukowski. Aunque parezca extraño, había oído hablar bastante de él y su alter ego Henry Chinaski. Puede parecer extraño, pero teniendo un hermano que ha estudiado filosofía ya no lo es tanto. El caso es que este libro ni siquiera es del susodicho. Si quieres leer a Bukowski, léete antes algo de Fante, que es su precursor, fueron las palabras textuales de mi hermano, Éste podría gustarte , continuó mientras me pasaba el libro. _Sobre todo Mi perro Idiota. Va sobre un escritor fracasado con cuatro hijos que es incapaz de escribir nada bueno y un día se encuentra a un extraño animal en el jardín de su casa, que resulta ser un perro. Aunque piensan en deshacerse de él, su hijo el pequeño se encariña con él y al final deciden quedárselo. Y bueno….ya verás las cosas que va haciendo el perro y lo que va pasando_. Y así fue como Al Oeste de Roma acabó cayendo en mis manos.
Al Oeste de Roma está compuesto por dos relatos cortos: Mi perro Idiota y La Orgía, siendo el primero el más extenso de ambos y el que más me ha gustado, aunque el segundo también tiene su aquel. Podrían tratarse como relatos reales pues, a pesar de la cantidad de situaciones embarazosas y no escatimar en detalles escabrosos cuando tiene que hacerlo, bien podrían ser cosas que pasaran en la realidad.
Mi perro Idiota que, según me han informado, complementa otras dos novelas acerca de Henry Molise que Fante también escribiera, nos habla de la vida de un hombre al que la vida no le sonríe, un escritor fracasado, un hombre que en su juventud escribió un par de novelas prometedoras y algún que otro guión de cine, entrando con buen pie en Hollywood, pero que, en la actualidad, no tiene más que una casa que mantener y una familia que no le más que disgustos, a los que también le toca alimentar. Con su mujer no termina de entenderse, cada día se soportan menos, y sus hijos prácticamente lo odian. Para más inri, hace mucho que nadie le hace un encargo, aunque sea uno de esos insulsos guiones de cine que no valen nada pero le dan de comer. Henry se lamenta de su estúpida vida, de las preocupaciones que esta le provoca, rememora tiempos pasados y sueña con retirarse a Roma. Las cosas no cambian cuando se presenta en su jardín un perro de aspecto desaliñado que decide quedarse a vivir con ellos.
La Orgía es un relato bastante más corto que poco tiene que ver con lo que su título podría llegar a darnos a entender. En él, se nos presenta la iniciación a la vida de un niño que es testigo de las picardías de dos albañiles desesosos de embrutecerse para huir del propio embrutecimiento de la propia vida cotidiana.
Son relatos que se leen rápido, narrados en primera persona por el protagonista en cuestión de cada uno de ellos. No ahonda demasiado en detalles descriptivos, pero si lo suficiente como para hacer una contextualización amplia de dónde nos encontramos. Los diálogos son frecuentes, sin llegar a acaparar todo el texto, lo suficiente como para agilizar la lectura, sin más, y situados en momentos adecuados. Ambas están ambientadas en los años sesenta y ambas nos presentan situaciones dónde los lazos familiares, los fracasos personales y la figura paterna se muestran como puntos claves. Personalmente, me ha gustado bastante más la historia de ese perro al que bautizan como Idiota. Mi hermano tenía razón al respecto. El otro relato se me antoja más como un complemento de la primera, un relleno de páginas que se lee en un rato pequeño. Está bien. Y tiene un final bastante bueno, aunque predecible, pero Mi perro Idiota está mucho mejor montado, es una historia más elaborada, y no sólo por su longitud, sino también por los detalles sobre la vida de Molise que en ella se incluye, sus tribulaciones acerca de su vida y cómo se van desarrollando los hechos. Una tragicomedia en toda regla, con tantas situaciones que nos harán reír como otras que nos dejarán helados o con una cara más seria de lo normal. Se muestra muy irónico y un poco cínico. No se guarda esos pensamientos que normalmente solemos guardarnos. No atiende a las razones de la ética. Las cosas son como son y así nos las cuenta.
Personalmente, me ha gustado bastante el libro. Lo he leído muy rápido y me ha resultado una buena lectura. Poco más puedo decir al respecto, salvo que recomiendo su lectura para todos aquellos que tengan ganas de leer un par de historias cortas dónde se manifieste la verdadera naturaleza humana.
