«La saga de los longevos» de Eva García Sáenz me había gustado tanto que tenía claro que mi siguiente lectura iba a ser su continuación, Los hijos de Adán. Hace un par de días lo terminé y vengo hoy a dejaros mis impresiones sobre esta segunda parte de la saga. Y sí, habéis leído bien, lo llamo saga y no bilogía porque la obra no termina aquí, como yo pensaba inicialmente, sino que habrá una continuación, que no sé cuándo se publicará ni si su autora se ha puesto ya a escribirlo, pero de nuevo estamos ante un final que deja con ganas de más.
Esta segunda parte ha estado a la altura de la primera pero mi valoración es algo menor a la de su predecesora y eso tiene un único motivo: pensaba que estaríamos ante un final apoteósico y el descubrir que habrá más novelas me ha dejado una sensación rara: por un lado, alegría por no tener que despedirme aún de unos personajes que me están encantando, pero por otro lado, el que ello implique que haya que esperar para ver cómo acaba todo.
Sin más preámbulos, paso a contaros todo lo que es importante que os cuente sobre esta novela.
Contenido de la reseña
Personajes
En esta ocasión, estamos ante una novela narrada a tres voces, no a dos como en la primera entrega.
La de Adriana Alameda, Dana, una joven arqueóloga que ha participado en numerosas excavaciones a lo largo de su vida, lo que ha hecho que se haga un nombre dentro del mundillo de la Prehistoria. En su último trabajo, en Madrid, terminó un poco harta de estar siempre a la sombra de, y decide marcharse y volver a la tierra en la que nació, Santander. Allí se ha abierto un nuevo museo que quiere despuntar y que tiene un equipo joven al frente (en teoría), muchas ganas de hacer bien las cosas y ser un referente a nivel europeo.
Tras la primera entrega de esta aventura, descubre que sus nuevos jefes son longevos, con todo lo que ello implica, y además, comienza una relación con Iago. Viven tranquilos, felices y enamorados, pero todo eso cambia de buenas a primeras, cuando van a hacer una entrevista de trabajo a un nuevo miembro del Museo y resulta ser el hijo de Iago, Gunarr, a quien creían muerto desde hace ya muchos años.
Iago del Castillo es la segunda voz de la narración. Tiene 10.300 años y es considerado el cerebro de La vieja familia. Nos lo pintan como un hombre guapísimo, que tiene una legión de seguidoras, sobre todo gracias a sus ojos azules, y que, como imaginaréis, en su vida ha pasado por todo. No solo ha tenido multitud de esposas, de hijos, ha cambiado de vida y de identidad en tantas ocasiones que es imposible llevar la cuenta, sino que también ha pasado por cosas horribles (como dato, es ex-alcohólico).
Es un hombre de pocas palabras, lo que hace que la combinación con Dana sea de lo más chispeante: una arqueóloga curiosa y un hombre que tiene tanto que contar que necesitaría varias vidas de ella para que pudiera llegar a asimilar todo el conocimiento que él posee.
La aparición de su hijo longevo, al que creía fallecido, desbaratará todo su futuro, pues traerá consigo una trepidante carrera por un hecho que ocurrió en la primera entrega y que no quiero desvelaros.
Héctor del Castillo o Lür pues ese es su primer nombre, con el que le identificaremos en toda esta parte de la saga. Es el padre del resto, quizá el padre de toda la humanidad. Nació hace ya hace 28.000 años en la cueva del Castillo de Monte Castillo (Cantabria) y su gran obsesión es mantener unida a la familia, cosa ésta que no resulta nada fácil, sobre todo porque dos de sus hijos no se llevan especialmente bien…
En esta entrega conoceremos más sobre su propia historia personal, y será él quién nos hable de Los Hijos de Adán…
Jairo del Castillo o Nagorno es el otro hermano. Nació hace 2.700 años en Escitia, un pueblo de duros guerreros esteparios que marcaron su carácter duro. Es todo un mujeriego y para él la vida es como una partida de ajedrez, un juego que domina y le apasiona. Desprecia a los que no son longevos, a los que denomina «efímeros». Pese a que es estéril, su obsesión es tener hijos longevos. Es el contrapunto malévolo de la familia, y un personaje que dará mucho juego.
En esta ocasión veremos una parte de él diferente por un hecho que tampoco os voy a desvelar.
Gunnarr es hijo de Iago y nació en el 800 d.C. en Dinamarca. Durante sus primeros años se convirtió en berserker, un peligroso y legendario grupo de mercenarios vikingos.
Su nombre significa embaucador y podemos decir que así es su personalidad: cautivador, pero también fiero, un guerrero entrenado para matar, del que pensaron durante muchos años que poseía dos cerebros pues es inteligente, ambidiestro, y con una sed de venganza que no entiende de familia…
Es el personaje que más dará de sí en esta entrega pues a través de sus relatos nocturnos a Dana, veremos que es un gran narrador de historias.
Todos ellos están perfectamente desarrollados. Todos tienen algo que les hace únicos y son pieza fundamental de la historia, vamos, que no hay personajes de relleno como podía ocurrir en la primera entrega.
Opinión y conclusión
Como os he venido contando a lo largo de toda mi opinión, estamos ante una magnífica segunda parte, pero que queda pendiente de una conclusión, de modo que si os vais a animar a leerlo, que sepáis que aún quedan muchos hechos por resolver y espero que su autora no se duerma en los laureles y nos deleite con nuevas entregas muy pronto.
De nuevo estamos ante una lectura que engancha desde la primera página, con ese arranque que nos pondrá los pelos de punta… la muerte de un personaje principal como primer capítulo ya imaginaréis que deja en estado de shock y lo único que quieres es saber cómo se ha llegado a ese momento, qué ha ocurrido entre el final de la primera entrega y ese dramático hecho…
Es una novela con la que he disfrutado muchísimo por diversos motivos: La prosa de la autora consigue atraparte desde el primer momento gracias al ritmo vertiginoso que tiene la narración, con hechos que se van sucediendo y que te dejan casi sin aliento y queriendo sacar ratos de donde sea para leer y así saber qué más sorpresas nos deparará la historia.
Me gusta que me haya descubierto algunos acontecimientos históricos de los que apenas sabía nada y que no son los típicos que figuran en las novelas históricas. De este modo, encontraremos la batalla de Kinsale, el esplendor de Pompeya antes de la erupción del Vesubio, la figura de los berserker en la Dinamarca de los vikingos, la llegada del Mayflower a Nueva Inglaterra, los clanes escoceses… En fin, que hay Historia de todos los tiempos y para aficionados a la Historia como yo, es una delicia ir dando estos saltos para aprender más cosas interesantes.
Creo que los personajes están perfectamente desarrollados, y todos y cada uno de ellos tienen algo especial que les hace únicos. Es fácil dejarse llevar por sus vivencias y sentimientos y es un punto más a tener en cuenta a la hora de valorar de forma tan positiva esta novela porque me ha encantado cómo son, incluso los más malos…
Como os digo, estoy deseando que se publique su continuación porque me haré con ella para ver si se resuelven todos los misterios que han quedado pendientes en esta ocasión.
Espero que sigáis mi recomendación y os dejéis seducir por la pluma de Eva García Sáenz porque estoy segura de que vais a disfrutar con esta lectura tanto como yo.
