Alas de Fuego

Hace tres semanas ya que me fui de viaje, y lo hice con un libro entre las manos (y con cinco más en la mochila, pero mi adicción la trataremos en otra ocasión) titulado Alas de Fuego.

Muchos sabéis que se me va el tiempo leyendo fantasía épica, o novelas juveniles, aunque claro, Stieg Larsson ha jugado su papel este verano. El caso es que una autora de la que jamás hablaré mal será Laura Gallego, una joven filóloga hispánica valenciana de 31 años de edad, que en su día me cautivó con Memorias de Idhún. Cabe decir que mi afición por la lectura juvenil es por culpa de esa trilogía, cuya sencillez y ternura llegan a lo más hondo.

Como iba diciendo, Laura tiene una gran carrera a su espaldas como autora de literatura juvenil, la cual comenzó cuando ganó el Premio Barco de Vapor gracias a su primer libro, publicado por la misma firma, Finisundi, hace ya unos añitos. Es difícil encontrar a autoras tan jóvenes en los mundos literarios, y más aún de nuestro país, pero ella ha sabido mantenerse en su línea y no ha dejado que se le suba demasiado a la cabeza, a pesar de haber conseguido llenar estanterías tanto en España como en otros países, gracias a sagas como “Memorias de Idhún” o Crónicas de la Torre. Justamente me fui a un pueblecito gallego llamado Portonovo en el que encontré una librería con una estantería inmensa dedicada solamente a Laura Gallego. Eso es llegar lejos, y el que diga que no que escriba más de diez libros ahora mismo y los intente vender como pipas.

Algunos dicen que peca de sencillez, pero es eso lo que hace de Laura una autora especial, y de sus libros pequeñas obras de arte llenos de aventura, amor y muchísima magia.
Sus últimas publicaciones, para mi gusto, son las mejores (exceptuando a Idhún, que es de hace más tiempo), y podemos encontrar en ellas una espontánea mezcla de realidad y fantasía.»’Dos Velas para el Diablo»’ para mí fue una sorpresa extrema, y a mi parecer uno de los libros más maduros de Laura. Otro que también es una joya, pero justamente opuesto al que acabo de mencionaros, es La Emperatriz de los Etéreos, que más que una novela juvenil parece un cuento para adultos, un maravilloso viaje por la vida en un mundo glacial. Por último este del que os voy a hablar hoy, que no es más que la primera parte, y cuya segunda se titula Alas Negras.

Sinopsis

Nos adentramos en Karish, un reino gobernado por la joven Reina Marla, la protegida de los ángeles. Y no es tan solo un decir, puesto que ellos fueron los que mandaron a la protagonista de nuestra historia a la Tierra. Ahriel es un ángel cuya existencia se basa en proteger y aconsejar a Marla para que toda su vida sea una buena y juiciosa reina.

Sin embargo Ahriel es traicionada por tu protegida y es mandada a Gorlian, una prisión mágica hecha por las fuerzas del mal.

Allí deberá aprender a sobrevivir y a actuar como un humano, ya que sus alas quedan inutilizadas. Irá adquiriendo, poco a poco, emociones humanas, como la nostalgia, la tristeza pero sobre todo el AMOR y el ODIO.

Sorpresas y más sorpresas

(Análisis Interno Personal)

Lo que más me sorprendió de primeras fue la portada, ya que existen dos ediciones de este libro, y las portadas de Laura suelen ser lo que más llame la atención en una librería cuando te topas con algo de la autora. Sin embargo esta edición me pareció absurdamente fea. Así que os recomiendo la de tapa dura, si sois tan fanáticos de las buenas portadas como lo soy yo.

Otra cosa que me sorprendió mucho para mal fue la frialdad de Ariel en las primeras páginas del libro. Los protagonistas de Laura suelen tener un carácter difícil, pero se les coge un cariño inmediato. Sin embargo Ahriel resulta un personaje inalcanzable, egocéntrico, y muy distante del lector. Así que no es el mejor protagonista de la valenciana, pero sin embargo tiene su “cosita”.

El libro parece dividirse en dos partes. La primera trata sobre todo de Ahriel, cómo llega a Gorlian, y cómo conoce a Bran, el futuro amor de su vida. De pronto nos encontraremos con un cambio de acontecimientos radical, y la historia va dejando paso a más personajes que serán igual de importantes, aunque no tan protagonistas. Conoceremos a la dama Sabina y a su fiel Kendal, un bardo de Saria, cuya misión será sacar al ángel de Marla de la prisión mágica. ¿Lo conseguirán?

Este cambio no solo se aprecia en los personajes, si no también en el tiempo, ya que en Gorlian el tiempo pasa mucho más deprisa, asi que los pocos meses en Karishia se convierten en años en Gorlian, donde Ahriel vive una vida muy diferente de la que solía. El cambio en la personalidad de nuestra protagonista será radical, aunque no os pienso desvelar en qué sentido, por supuesto. Esto me sorprendió también, ya que convierte una historia lineal en algo más emocionante.

Como siempre, la escritura es llana, comprensible para aquellos a los que les cueste coger un libro, tan sencillo que a veces da rabia, y sin embargo las descripciones llenan mucho más de lo que llenaban las del naturalismo francés. Una letra pulcra, un texto lleno de ternura, capaz de llegar al lector como una ráfaga de aire en pleno verano.

Cuando tratamos con libros que forman parte de una saga tenemos siempre un inmenso problema: que a veces te dejan con la intriga. Aquí la cosa no se queda corta, sin embargo la historia acaba. Punto Final. Acaba y empieza otra, que aunque con los mismos personajes, será otra historia. Esto lo considero bueno, ya que no sientes la obligación de leerte la segunda parte en el acto para saber qué va a ocurrir. Laura ha tenido la gentileza de deleitarnos con una historia que tiene principio y fin.

Con ello no digo que la segunda parte no tenga nada que ver, o que no venga a cuento, porque os aseguro que promete muchísimo. Solo me llamó la atención porque los autores no suelen hacer eso. Suelen crear triogías para dejar a la gente con la intriga (y no, claro que no es un comentario irónico hacia cierto jovencito inmaduro, creador de “Eragon”) y sin embargo Laura ha hecho bien los deberes.

Otra curiosidad es la manía que tiene Laura de deleitarnos con una buena frase (o párrafo) de Paulo Coelho en la introducción. Siempre tiene la frase perfecta para cada libro suyo. En este caso nos encontramos con un extracto de “el Guerrero de la Luz”.

Opinión personal

No soy objetiva. He leído todos los libros de Laura, a excepción de cuatro que pronto caerán entre mis garras. Y por ello no soy en absoluto objetiva. Su lectura siempre me ha parecido muy sencilla, aunque creo que eso ya lo he comentado unas cuantas veces, y sin embargo me ha llegado mucho más que bastantes escritores de fantasía épica de renombre.

Mi mejor amiga se dedica muchas veces a juzgar lo que es arte o lo que no lo es, y hace pocos días, cuando le escuché decir que la literatura juvenil no es arte, estuve cerca de explicarle que algunas personas son capaces de describir el mundo tal como lo ven con frases sencillas pero llenas de significado. Me callé, ya que sabía que aquella conversación acabaría en desastre por ambas partes, pero en mi mente una vocecita me decía: “Laura no es arte, pero está cerca”. Es cierto, ya que pocos libros contemporáneos se pueden calificar de arte, y sin embargo algunos rozan la mísera línea impuesta por aquellos que se divierten a juzgar a los artistas.

Es una lectura rápida. Yo tardé dos días en leérmelo, pero porque estaba de viaje y no tuve más tiempo, si no me lo hubiese terminado en unas pocas horas, ya que peca de ser demasiado corto. La segunda parte es más larga, aunque me huelo que me lo terminaré también en dos días de nada. Es ameno, tierno, y lleno de emociones, aunque me temo que no es raro si hablamos de la obra general de Laura Gallego.

Se lo recomiendo a los seguidores de la buena literatura infantil. Aunque para los que nunca han leído nada de Laura, aconsejo empezar por otros libros, ya que este no es de los mejores y puede llegar a decepcionar si uno no sabe a lo que atenerse o comparar.

Así que no me queda nada más por añadir, pero terminaré mi opinión con una frase que ya va siendo habitual en mí: LAURA, LO HAS VUELTO A CONSEGUIR.

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