Habitualmente recomendar un libro es una tarea complicada, y como norma general, bastante desagradecida. Más que nada porque la lectura es soberanamente personal, por suerte.
Quizá es por esto que soy bastante selecto en cuanto a hacer caso a las recomendaciones que últimamente me llegan. Ojo, siempre las acepto. Faltaría más. Otra cosa es que llegue a leer todo lo que me recomiendan.
Recuerdo con cierto cariño la recomendación de ‘Las puertas templarias’, después de una larga y calurosa (je je je) charla por messenger. De lo que ya no guardo tan buen recuerdo, es del casi año y medio que me costó encontrar este título, dándome una y otra vez en las narices con la frase «Esta agotada la edición».
Realmente es una pena, pero supongo que una edición agotada en un libro relativamente nuevo (del año 2000), no es debido a un éxito rotundo, si no al poco soporte de nuestros escritores noveles por parte de las grandes editoriales.
Contenido de la reseña
Autor
Hasta que me recomendaron este libro, nunca había oído hablar de Javier Sierra, un chaval que se podría decir que es coetáneo mío. Nació en Teruel (anda, otra prueba que: ¡Teruel existe!), en agosto de 1971.
Ya de muy jovencito sintió la llamada de los medios de comunicación. Con doce años presentaba un espacio radiofónico, y con la mayoría de edad, dio el salto a su verdadera vocación, la prensa escrita, siendo el cofundador de la revista ‘Año Cero’, a partir de la cual llegó a la dirección de ‘Más allá’ a la edad de 27 años.
Los más noctámbulos y televisivos le recordarán por sus colaboraciones en ‘Crónicas Marcianas’ (donde estuve durante casi 4 temporadas), o incluso para aquellos que vean Telemadrid (no es mi caso), conduciendo su propio programa: ‘El otro lado de la realidad’
Su pasión por los hechos misteriosos y los enigmas del pasado le han llevado a viajar por medio mundo, descubriendo pistas de la historia en los rincones más insospechados.
Todas estas pistas son las que, con el paso del tiempo han dado lugar a sus siete obras hasta el momento: «Roswell: Secreto de estado», «La España extraña», «La Dama Azul», «Las puertas templarias», «En busca de la edad de oro», «El secreto egipcio de Napoleón», y la más reciente, «La cena secreta».
Bueno, ahora que ya todos sabemos algo más de Javier Sierra, me centraré definitivamente en su segunda obra de narrativa y cuarta publicada: «Las puertas templarias».
Las puertas templarias
La historia de «Las puertas templarias» empieza como diría un personajillo de infausto recuerdo: «Hay dos líneas de investigación »
Sí, sí. La verdad es que en este sentido «Las puertas templarias» es un libro de lo más innovador. La historia de desarrolla a partes iguales entre el años 2000, y el 1125, donde el autor nos envía en forma de un muy conseguido flash-back.
El protagonista de nuestro en nuestro tiempo, es Michel Témoin, el ingeniero jefe del CNES (Centro Nacional de Estudios Espaciales) de Tolouse, el ente encargado, entre otras cosas del control de los satélites geoestacionarios que controlan gran parte del viejo continente.
Durante uno de los trabajos, el ERS-1 (el primero de los satélites de la compañía), descubre una extraña anomalía sobre la superficie de Francia. El objetivo del trabajo, no es otro que fotografiar a alta definición toda la superficie del país.
Después de un intento frustrado, todo el mundo está nervioso, pero ya falta poco. Pronto Zeus (algo así como un super computador encargado de procesar los datos enviados por ERS, y componer los archivos fotográficos) empezará a dar los primeros resultados.
Fatal. Los mismos errores que en la primera ocasión. Un conjunto de ‘puntos negros’, o sea, puntos donde ha salido una extraña mancha. Lo más curioso de todo, es que en las dos pruebas realizadas los puntos están ubicados exactamente en el mismo lugar, lo cual sugiere a Témoin, que no se trata de un error, sino que más bien es alguna fuente de energía que proviene de esos puntos. Esta excusa no parece convencer a su jefe, el cual sin muchos miramientos lo despide.
Paralelamente a esto, y en forma de flash-back (a razón de uno o dos capítulos para cada época), el autor nos lleva a Jerusalén. Allí el protagonista es el joven Jean de Avallon, un guerrero de la poderosa orden del Temple (vaya, de los Templarios), el cual recibe la orden de proteger las ‘Scala Dei’ (las Escaleras de Dios).
Estas escaleras, según el orden del Temple, eran los puntos por donde se podía acceder directamente a Dios y a la vez eran puertas que permitían el acceso a la tierra a seres malignos.
Como ya os podéis imaginar, la relación entre Jean de Avallon y sus puertas (de ahí el título: «Las puertas templarias»), y Michel Témoin está servida.
Conclusión y opinión
En las poco más de 240 páginas, Javier Sierra convierte «Las puertas templarias» en una novela de corte policíaco con lazos más que estrechos con la novela histórica que tanto está de moda en estos tiempos (sino preguntadle a Dan Brown -‘El Código Da Vinci’;’Angeles y Demonios’- o Julia Navarro -‘La hermanad de la Sabana Santa’;’La Biblia de barro’-, o la mismísima Matilde Asensi -‘Iacubus’; ‘El último Catón’-).
«Las puertas templarias» es un libro de lo más fácil de leer, combinando con maestría la investigación de Témoin sobre los puntos negros detectados, y lo que dichos puntos escondieron o significaron para el caballero Jean de Avallon hace más de 900 años, todo esto organizado en capítulos muy cortos y amenos, que hacen que este libro se lea con extrema facilidad, y además deje un regusto un tanto, agradable.
Quizá una de las pocas cosas negativas que tiene, es que tiene un final poco elaborado (creo que ya va siendo un rasgo común dentro del género. Toda una lástima, la verdad) comparado con el resto de la novela, de esos que cuando llegas te dices: ‘¿Ya está?’
No obstante esto, mi valoración es positiva (académicamente hablando: de notable), quizá por eso le he dado una segunda oportunidad a Javier Sierra, y este Sant Jordi me he hecho con su última obra: «La Cena Secreta», de la cual espero hablaros próximamente.
Hasta entonces, ¡¡¡suerte y salud!!!
